jueves, 11 de abril de 2013

Pasaría el resto de mi vida…


¿Pasarías el resto de la vida de ciudad en ciudad con la única finalidad de leer tus poemas a otros?, pregunta ahora que viajo en el asiento número veintitrés del autobús y me distraigo por la ventanilla viendo como se disuelve la distancia en este paisaje semiárido poblado de arbustos.
Apenas hoy compartimos algunos textos en la ciudad fronteriza de la cual nos alejamos. Mañana, si la vida o la muerte no dicen algo más, leeremos otros tantos o quizá los mismos, en el lugar que es el siguiente punto del destino.
Ahora participamos en una gira de autores tamaulipecos que hacen presencia en algunos de los círculos de lectura que se encuentran funcionando como parte del proyecto estatal  “En Tamaulipas Todos a Leer”. La actividad busca promover los libros publicados por el ITCA ofreciendo un acercamiento con sus creadores.
Si hay una mejor versión de mi persona, insiste en la reflexión el camarada, me gustaría pensar que es esta precisamente. Porque pocas cosas han podido hacerme sentir yo mismo como el hecho de leer ante un público algo que alguna  vez aboné en soledad.
¿Qué significa ser uno mismo?
No sabría definirlo, responde. Qué más da, si con todo y los años que la humanidad carga, hay tantas cosas aún por definir. Pero con la poesía sucede algo, agrega mi compañero de expedición literaria, por eso al final de cada lectura publica, ellos como nosotros somos viejos conocidos.
A inicios de 2011 se manejaron mediaticamente diferentes cifras de Tamaulipas y su relación con los libros. Entonces se habló de que el estado tenía la última posición nacional en competencia lectora” debido a la cantidad de ejemplares promedio leídos al año. También se publicó que nuestro sitio en cuanto al número de espacios públicos dedicados al fomento de esta actividad era el número 30.
Ya en el plano nacional, la encuesta de lectura 2012, concluyó que en el sexenio anterior la lectura disminuyó, en relación al sexenio de Fox, de 56 a 46 por ciento.
Tamaulipas con Eugenio Hernández terminó leyendo entre 1.5 y 2 libros per capita al año, mientras en ese mismo período el Distrito Federal leía hasta 7 ejemplares. La búsqueda por resarcir esta cifra la emprendió el ITCA con la meta de llegar a obtener un nivel de 6 libros leídos por persona anualmente. Aún no sean divulgado estadísticamente los avances, y esperamos que los esfuerzos superen el tamaño de nuestra debilidad.
Por lo pronto, a bordo de un autobús volveremos a casa luego de esta cruzada en apoyo de las letras. Algo dentro, un lugar que incluso yo misma poco conozco, me lleva nuevamente a la pregunta como el pájaro enjaulado al amanecer: ¿Pasarías el resto de la vida de ciudad en ciudad con la única finalidad de leer poemas a otros?



Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas. 

Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 Publicado el  11 de abril, 2013.

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