viernes, 27 de abril de 2012

La inolvidable primera vez


La cuenta de las ocasiones comienza siempre en ese primer tiempo. Los minutos corren y a su paso dejamos de ser los mismos. Construimos así, las improntas en nuestra memoria.

Tarjeta amarilla: Usé un pantalón verde aqua y una blusa de manta con bordados étnicos. Nada más inapropiado para esa noche de delirio. Cuando sentí la mirada de más de un iniciado me di cuenta del error.

Uno debe respetar el uso y la costumbre de cada ceremonia. A los partidos del Corre se va preferentemente con la camiseta del equipo o vestido en naranja, blanco y azul, hay cierta licencia para el tono de los pantalones. Existe tolerancia también si se usa el uniforme del trabajo, siempre será  bien visto pasar de la oficina al estadio cuando el tiempo no da para más. Lo tomaré en cuenta en la próxima. A estas alturas pienso que debí dejar que me pintaran en la entrada el ave naranjiblanca en la mejilla…
Medio tiempo: Las flautas del receso han ganado cierto carácter simbólico. Cruz Valadez ha alimentado los ánimos durante los quince minutos de descanso desde que el Correcaminos jugaba en los años ochenta en el Estadio Universitario. La gente se junta en el pasillo tras las hieleras dispuestas para la venta. Algunos comen de pie, abren la boca y lanzan la mordida con ese estilo que da el entrenamiento frecuente. Equilibran su plato para no tirar el repollo y el tomate, para que no se escurra la salsa. Muy pocos las piden para llevar a la tribuna. Los vendedores de cerveza y refrescos, suben y bajan la gradería. Con dos goles a favor los bocados saben mejor, se hace necesario beber algo para la resequedad de la garganta. En lo personal no tengo hambre a estas horas de la noche, y con respecto a los líquidos, prefiero evitar las vueltas posteriores al baño...
En la liga de ascenso: Presumo mi instinto futbolero. Vamos a ganar le digo a la aficionada de a lado. Sí, responde en medio del éxtasis. ¿Cuándo fue que pasamos a primera la última vez? le pregunto en un tono convincente. Ella responde como los enamorados que se sobreponen a la distancia. Creo que en 1986.
Entonces la observo con cuidado y me doy cuenta que es muy joven. Seguro ella no los ha visto nunca jugar en esa categoría, pero también se que es una mujer de fe. Algo en su corazón le dice que ganar, que ascender es posible, y eso no está a discusión. El estadio está lleno, tan repleto como llegaron las hieleras de las flautas del Qué pasou antes que comenzara el partido, y en todos los asistentes ni duda cabe que esta vez sí. ¿Habrá reunido el viacrucis tantos devotos en la ciudad durante Semana Santa? El Corre juntó a 18 mil esta noche y con las gradas desmontables pueden llegar a 24 mil... no más con que no vuelvan a meterle cirugía al rostro de nuestra historia. El Marte es patrimonio edificado y ninguna pasión debiera ignorarlo. Yo también tengo la certeza del triunfo, la verdad no hay ningún instinto en eso. Acabo de ver a un jugador del equipo contrario dar un traspié con la pelota, irse por sí mismo de bruces al pasto. Hay casos en los que el oponente es su peor enemigo…   
Gol: Las mujeres que gustan del futbol y las que andamos explorándolo siempre estamos dispuestas a la charla. Una amiga me descubre a lo lejos y me llama al celular. Atravieso las gradas y me siento en las escaleras para comentar los por menores del día. El partido sigue y de súbito los hombres se paran y comienzan a manotear reclamando a la árbitro. Tengo que ponerme en pie porque de no hacerlo me darán un golpe al descuido. A la mujer del silbato también podría tocarle uno, sin embargo creo que con ella si hay intenciones aparentes.
¡Arbitra culera! le grita un indignado. Me sorprende. No la palabra, pues la conozco de antes, sino saber que en el futbol hay equidad de género…
Podría contar mucho más pero se me acaba el espacio, además cuando se edite esta columna, habrá la historia de un juego más reciente. Sin embargo, sabe como es eso de la primera vez: nunca se olvida.

Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico.
 Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
publicado el 27 de abril del 2012.

jueves, 19 de abril de 2012

FAT: Puro talento tamaulipeco

 
Sergio Cárdenas lo hizo otra vez. Lo hizo mejor.  Con el propósito siempre claro, la estrategia más depurada, y un equipo de trabajo comprometido desde el pasado 14 hasta el 21 de abril se realizó el Segundo Festival del Altiplano Tamaulipeco (FAT).


La fiesta convocada por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes tuvo su sede en el territorio que solía llamarse cuarto distrito; participando de ella los habitantes de Tula, Palmillas, Miquihuana, Jaumave y Bustamante.
Las manifestaciones que integró esta actividad fueron conciertos, exposiciones, teatro, danza, literatura y cine. Eventos de calidad pero sobre todo con un alto contenido de "tamaulipicidad" como ha nombrado Cárdenas a las expresiones culturales donde nos reconocemos.
El Director del Festival Internacional Tamaulipas, ha insistido con su labor en romper el paradigma de la promoción del arte en el estado, centrado su enfoque de trabajo bajo las premisas: "Los artistas tamaulipecos son los protagonistas", "recuperar la territorialidad y estimular la economía de las artes"
Ahora gracias a esta visión, podemos enorgullecernos de sostener otro festival de calidad con puro [talento] tamaulipeco.
La oferta artística para el altiplano fue de un 59 % de artistas nacidos en este suelo, entre los cuales podemos mencionar: La Compañía de Teatro del Espacio Cultura Metropolitano de Tampico dirigida por Sandra Muñoz (Tampico) y el Colectivo Truque (Victoria) con la dirección de Carlos Valdez; los músicos, Ramiro González (Victoria), Roberto Sánchez Picasso (Victoria), y Luis Vázquez (Victoria); los artistas plásticos, Daniel Orlando Lara (Tula), Miguel Ancona (Reynosa), Alejandro Rosales Lugo (Victoria), en el área de las letras Orlando Ortiz (Tampico)… y muchos otros más que se programaron para compartir las dimensiones de su creación.

Al esfuerzo se unieron las autoridades municipales de los ayuntamientos de la región, y juntos hicieron posible esta celebración que seguramente abonará muchos sueños. No debemos olvidar que cada una de las cosas que vemos a diario, que tocamos, que sentimos y están hechas por el hombre comenzaron con eso, con  un sueño. Esperemos que los sueños que el Festival del Altiplano siembre, germinen en más y mejores días para su gente.
Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 publicado el 19 de abril del 2012

jueves, 12 de abril de 2012

Que no suba la marea


Hace tanto tiempo que no iba a la playa en Semana Santa que ni siquiera recuerdo la vez anterior que lo hice. Así, sin la memoria de entonces y más por la presión de dos hijas deseosas de mar acepté volver.
Como crecí en la costa sur de Tamaulipas me reservaba de asistir al llamado máximo paseo en días saturados. En casa se decía, de vacaciones la playa es para los turistas, nosotros la tenemos aquí. De esta manera la impronta de las olas me acompaña.
Las evocaciones marinas de mi infancia comienzan en un vagón que se acerca a la orilla sobre delgadas vías. Las mecedoras de madera que alquilábamos frente al mar y nos adormecían entre baños y sol. Un bikini que no era de licra con estampado de lunares blancos. La inmensidad azul al final del malecón. El saludo desde las escolleras a tripulaciones desconocidas. El asomo circular de las toninas. Las volteretas duna abajo. Las regaderas de los balnearios que nos tumbaban la arena. Años más con regreso en camión rojo. Luego, las manchas de chapopote que mi madre nos quitaba tallándonos la piel con petróleo.
Ahora visité Miramar junto a más de 100 mil paseantes. Aunque no me gustan las aglomeraciones y la densidad del tráfico, esta vez apenas lo sentí. El trayecto y la estancia se me fueron en observar el ánimo vital de quienes nos reunimos ahí. Tantas personas con ganas de estar bien. Tantas familias con ganas de estar juntas. Tantos sobreponiéndonos a la amenaza cotidiana.

El año pasado hubo 400 mil bañistas menos, con respecto a la cifra actual, que no se decidieron a salir de casa. Ahora, los hoteles y restaurantes costeros volvieron a sentir momentos de bonanza. Según reportes oficiales los destinos de playa en Tamaulipas incrementaron un aproximado del 51 %, la cifra tentativa es de 1 millón y pocos más visitantes.
Además, hace dos años que Miramar obtuvo el aval del Instituto Mexicano de Normalización y Certificación como playa limpia con bajos niveles de contaminantes, así como de materia orgánica, lo que valida su uso recreativo y convierte en anécdota las pecas de chapo.


Esta vez, la importancia por la seguridad era tangible. Hubo efectivos cuidando las sombras por arena, agua y aire. Mucha fiesta sin sobresalto. Muchas ganas de que no subiera la marea.
PD: Ya encaminada también me di la vuelta a las atracciones de las Fiestas de Abril que son una tradición de raigambre en Tampico. El panorama fue el mismo que ofreció Miramar: personas con ganas de estar bien, familias con ganas de estar juntas en la alegría, en el esparcimiento.
Ahora, sólo el contrarreloj de las horas que nos faltan para volver a las andadas. Ojalá y fuera posible que no vuelva a subir la marea.



Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 publicado el 12 de abril 2012.

jueves, 5 de abril de 2012

Vencidos por el escritorio

Mientras algunos niños y jóvenes están disfrutando de sus vacaciones escolares por Semana Santa, otros se encuentran concentrados en sus entrenamientos y competiciones deportivas, ya que los procesos selectivos para llegar a las próximas olimpiadas nacionales se encuentran desde hace días en su pleno.


El año pasado, el tablero de medallas se vino abajo en relación a  la trayectoria ascendente que se había logrado sostener, sin embargo hubo ese margen de tolerancia para los recién llegados a sus puestos. Ahora… estamos por ver qué resulta. No podemos hacer responsable al talento tamaulipeco que desde siempre suda la camiseta entregándose con pasión en las canchas, duelas, albercas, pistas, alfombras y tatamis… Será tiempo de voltear a ver a quienes ponen las reglas del juego desde el escritorio.
Es tremendo que nuestros deportistas tengan que padecer la negligencia de más de un responsable de oficina que parece no entender que detrás de cada resultado hay una persona o grupo que está viva, es decir que siente en carne y espíritu el flagelo de la torpeza ajena. No basta para ganar con las capacidades físicas, ser un campeón en medio de las agrestes condiciones dadas requiere un temple anímico aún con mayor dotación que las destrezas motoras. La clave sin lugar a dudas es desarrollar tolerancia a la frustración.
De entrada, los espacios para el deporte siguen siendo insuficientes, además ya hemos visto en más de una ocasión que la selecciones de atletas son desalojadas para llevar a cabo ceremonias completamente ajenas al ejercicio físico. Y la promesa siempre vigente de que para los aplicados un máximo recinto vendrá. Se inauguró un polideportivo en obra negra que a estas alturas sigue sin abrir las puertas como es debido, pero una vez que el acceso sea una realidad… ¿Quiénes se harán cargo de él?
Los instructores, que han sobrevivido gracias a las aportaciones voluntariamente a fuerzas de los padres de familia, ya están frotándose las manos en espera de su nuevo nicho de poder. Es tanto lo que se les ha concedido que ahora los patos le tiran a las escopetas. No hay forma de controlarlos porque la fórmula ha sido: me hago de la vista gorda pero no me exijas compromiso.  
¿De qué compromiso estamos hablando? Horarios y asistencia de los maestros, por ejemplo. Capacitación de los responsables que se encuentran al frente de las distintas disciplinas, equipamiento de espacios y dotación de implementos a los practicantes, pagos de cuotas inherentes a la actividad y traslados a los lugares sedes de los distintos certámenes… ¿le seguimos?
En fin que los maestros al garete, a las horas del entrenamiento llegan y se van a su antojo, o bien atienden a sus equipos sin cortar sus conversaciones por celular, encargan sus grupos a menores de edad, padres de familia o cualquier improvisado de su confianza, piden cooperación para el mantenimiento de las áreas, dobletean con la venta de uniformes y los artículos necesarios para desarrollar las actividades, además de cobrar a su antojo lo que les sea necesario para completar un extra, siempre bajo el manto protector de la abulia de quienes hacen del deporte burocracia.  
Por nuestro desarrollo deportivo, hagamos una evaluación. Como ejercicio, en lugar de céntranos en nuestros jóvenes talentos, llevemos al pódium del rendimiento a nuestros funcionarios del deporte y los entrenadores a su cargo, que vaya que son un mismo equipo.


Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 publicado el 5  de abril del 2012