jueves, 16 de septiembre de 2010

Honores con kareoke

Ella trataba de disimular su sonrisa, el maestro había repetido que a la bandera se le acompaña con gallardía, y eso, piensa ella, tiene que ver con la seriedad. Pero el entusiasmo del primer lunes se redobla con la marcha junto al lábaro patrio, las filas de alumnos y maestros en la explanada con la palma derecha de la mano a la altura del corazón, las miradas siguiendo los pasos boleados mientras la alegría se le escapa otra vez y sus pequeños dientes asoman por los labios.
Llegó el momento de cantar el Himno Nacional, las voces apenas dibujan su sonido, para colmo se entona ahora la versión larga y esta generación de padres crecimos con menos versos en las asambleas de la escuela.
Luego el Himno a Tamaulipas se anuda en la garganta, tierra querida que en horas aciagas se desangra. Se escuchan las voces de los niños, los adultos agachamos la cabeza: “y si alcanza una esperanza, es que sabe morir o triunfar”. Pero aquí también hay más letra, es tiempo que se autorice el canto de otras estrofas (“ya la aurora de tiempos mejores iluminó con su fulgor nuestros albores… y su anhelo protege el cielo floreciendo en la santa hermandad…”) para así llegar a los lunes como a un acto de fe, volver a sonreír sin poder contenerse como una niña que custodia con orgullo la bandera por primera vez.

Hay quienes en época de fervores patrios o en lunes de Honores, ni los labios mueven a la hora de los himnos que nos identifican, dejan la sospecha de que no se los saben. Si hasta las señoritas se preparan para protagonizar nuestra belleza… ¿por qué los candidatos a puestos de representación popular no lo hacen? Antes de ser postulados, los aspirantes deberían aprobar algún tipo de instrumento de evaluación con el cual comprueben sus habilidades y conocimientos. Una parte de este examen tendría que ver con el protocolo cívico. El privilegio de ejercer el puesto y los ingresos por el desempeño de la labor, bien valen la pena el esfuerzo de los pretendientes.
En pleno acto solemne, nuestro alcalde de Diez pasó a la fila de los reprobados. El Gobernador, la Primera Dama, el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, el Secretario General de Gobierno, el de Educación, el de Desarrollo Social, Cultura y Deporte, el Rector de la UAT, la encargada de los festejos del Bicentenario, todos cantaban con brío a México y Tamaulipas ante un teatro atiborrado de público… pero Arturo guardó el respeto de un testigo de Jehová ante ese símbolo patrio.
Luego de leer la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno de México, tengo una recomendación para quienes organizan eventos oficiales: a fin de que los asistentes cumplan con las formalidades en las ceremonias, puede hacerse uso de la tecnología instalando pantallas en lugares estratégicos y a manera de karaoke que vayan apareciendo las letras de nuestras composiciones emblemáticas y del Juramento a la Bandera. Tal sugerencia según interpreto, no constituye delito alguno sino al contrario, reforzaría el aprendizaje de los elementos con carácter solemne. A ver si así algunos se los aprenden.

Fotografía: Víctor Hugo Olivares
Eva sin paraíso: columna publicada en el Expreso de Ciudad Victoria y La Razón de Tampico

1 comentario:

  1. ASÍ LLEGÓ AL BUZÓN:


    La Guía del Himno Nacional Mexicano de Guadalupe Jiménez Codinach dice que "....el himno nació en el momento en el que se conmemoraba el XXV aniversario del triunfo sobre elgeneral español Isidro Barradas, un 11 de septiembre de 1829, batalla en la que uno de los generales victoriosos fué Santa Anna y a ese hecho se refiere la IV Estrofa). Saludos, JM


    La Letra del Himno Nacional Mexicano (versión original.

    Ahora ya NO cantamos varias estrofas, ejem: II, III, IV, VI y VII)



    Está compuesta por un coro y diez estrofas. Fue escrita por Francisco González Bocanegra y la música por Jaime Nunó en 1854. Las dos composiciones fueron seleccionadas de las que enviaron los participantes de dos concursos (uno donde participaron 25 poetas; una vez seleccionado el ganador publicaron sus versos y convocaton a otro concurso donde participaron 15 músicos) a los que convocó Miguel Lerdo de Tejada, Oficial Mayor del Ministerio de Fomento en aquellos años.

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