sábado, 28 de noviembre de 2009

Campeona


Una tarde en mi ausencia. Bajó de un salto ese puñado luminoso de sueño.






La Vera, quien últimamente me asusta con sus dotes de vidente, le escribió [Deja vú de lo que va a venir... canta Páez] este poema: 

Pequeña gimnasta, 

me habría gustado verte dibujar silencios en el aire,
la ligereza de tus manos
en un círculo infinito. Saltar sobre la luz como un ave que busca la ventana exacta para cantar.
Alguna vez quise hacer de mis piernas un relámpago
(sólo aprendí a bogar entre la tinta).
Ahora, dulce reina de las hadas, vuelves eternidad el reflejo.

Marisol Vera
Altamira, Tamaulipas. Noviembre de 2009 


domingo, 22 de noviembre de 2009

De agravios y elogios a las letras



Escribo lo que me toca ver de cerca, nada de oídas. Por eso les comparto que hacer patria de palabras en terrenos áridos, es una tarea que a veces uno no sabe si es de necios o de visionarios. Lo digo ahora que recién llego de la frontera, donde se empeña en prosperar, el Congreso Binacional de Literatura Tamaulipas-Texas, denominado Letras en el Estuario.
         Este otoño, durante el 13 y 14 de Noviembre, la reunión convocada originalmente por el Ateneo José Arrese, y ahora en coordinación con la Universidad de Texas en Brownsville (UTB), cumplió ocho años.
         El escritor Ramiro Rodríguez, ha mantenido la palabra: convocatoria, perenne sobre el renglón. Es de celebrase su obstinación, el sueño; toda la carne, el corazón palpitante en el asador. Durante este tiempo, la reunión de escritores que tiene como sede las vecinas poblaciones de Matamoros/Brownsville, ha reunido no sólo gente de letras proveniente del Valle de Texas y su frontera, si no también de otras ciudades como San Antonio, Corpus Christi, Nuevo Laredo, Victoria, Mante y Madero.
         Este 2009, se presentó la Antología Letras en el Estuario, patrocinada en el 2008 por el Consejo Ciudadano de Cultura de Matamoros, donde se reúne poesía y narrativa de 16 exponentes hasta la sexta edición del congreso. También con el auspicio de Humanities Texas, este año fue posible que la Doctora Elsa Cross sí estuviera presente como invitada para charlar sobre el proceso de creación poética, además de compartir una lectura de su obra en el salón Cassia de la UTB y en la Sala María del Pilar del Museo Casa Mata, respectivamente.
         Porque vaya penosa la situación previa al evento el año pasado, cuando Olga Méndez, Directora de Patrimonio Histórico del ITCA, solicitó en septiembre a los organizadores un cambio de fecha para hacerlo coincidir con el Festival de La Palabra Infinita. Los responsables dijeron No. No por que el congreso tenía seis años de realizarse alrededor de esos días, pero sobre todo, no, porque la logística se coordina con la Universidad de Texas en Brownsville y el proyecto se prepara por especialistas, entusiastas y sobre todo personas de palabra, a diferencia de lo que sucede en ese eclipsado lugar de la burocracia cultural tamaulipeca.
La arquitecta Méndez, movió sin más las fechas del proyecto La palabra Infinita (que irónicamente apenas se mantuvo viva durante la edición de 2007, no gracias a su gestión) y ofreció entonces hacerse cargo de los viáticos de la poeta Cross, quien ya había aceptado la invitación del Ateneo José Arrese para presentarse en el binacional, todo eso para lograr hacer  en nuestro estado, una fecha más con la distinguida escritora dentro del festival que no más no fue.
         Luego aquella sin vergüenza, días antes de la actividad dijo: ustedes disculpen, que el secretario dijo que siempre no, que no es cosa mía, que la que suelta el dinero es altanera y rechaza lo que le presento, que no estoy en condiciones de pagar el pasaje de mi bolsa, que mañana le explico a la Doctora, que otra vez se me perdió su número, su correo electrónico, que ya merito le digo, nada más anuncien que la conferencista magistral se cancela y ya...
         
De ese tamaño la afrenta al quehacer literario tamaulipeco. De ejercerse dos millones de pesos para festivales de letras... ahora estamos en nada, si, gracias a su gestión.
         Posdata del que bien obra: Mientras unos avanzan a la sorda de sus deudas, parientes del delito; otros con la mirada en el horizonte hacen que las cosas sucedan. A veces se crece lento para crecer firme, a veces parece se desanda el camino, pero al tiempo la madurez de la ruta... el Ateneo ahora, avanza rumbo a su noveno congreso.


Eva sin paraíso: columna en el expresso publixcada el martes 17 de novienbre 2009 .

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Para quien busca editar su libro...


Mario Islasaiz y otros cercanos locos CONVOCAN


"... podemos gritar a pecho abierto sin perder un ápice de ánimo como desde los inicios: publicamos por que se nos continúan hinchando las ganas, aun y cuando ni el País y el Mundo se enderecen
."
Mario

viernes, 13 de noviembre de 2009

Un día de estos ...de amor... y en privado

La noche del pasado seis de noviembre, Arturo Castillo Alva visitó nuestra ciudad para presentar dos de sus libros: “Un día de estos. Colaboraciones periodísticas” y “Días de amor (y otros olvidos)”.



El evento se anunció como privado, aunque las puertas siempre permanecieron abiertas. Cuestión de semántica. A la pregunta de por qué de esta manera, la respuesta es: sin interés oficial de por medio, la literatura continúa. Otros tiempos... otra modalidad.

De la entrada hacia adentro, buena vibra y nada de canibalismo artístico. El poeta vino a leer su poesía, a encontrarse con el lugar y los afectos que crecieron durante seis años de vida desde acá. Sus editores estuvieron el viernes, también el escritor mantense, Carlos Acosta y la promotora cultural tampiqueña Amparo Berúmen, quienes viajaron de sus lugares de origen para hablar a los asistentes (nadie a fuerza, ni acarreado, por cierto) sobre la obra del autor.

Fue un evento entrañable, reencuentro de mucho: letras, amigos, cena, café de olla, tequila, memorias, años sin vernos... la plática fluyó, la risa, la madrugada.



Posdata sobre el libro que a ésta Eva le tocó presentar: Un día de estos el hombre toma la palabra. La pronuncia para contarnos con franqueza desde su privado espacio, las menores cosas que construyen la casa grande del tiempo.

Así, sin habérselo propuesto, un día de estos Arturo Castillo apareció a cuadro en el 2001. Entonces, leía sus breves colaboraciones en un noticiario televisivo de Tampico, pero al paso de los años esa opinión que parecía desvanecerse en segundos se transformó en letra de molde: su columna en el periódico La Razón.

El estudio televisivo y las pocas personas de producción en el piso, o el curso emancipado de las palabras impresas, le daban a Castillo la ilusión de cierto anonimato. La sorpresa vendría luego, cuando gente desconocida para él, lo abordaba con familiaridad para seguir el comentario...

Es que Arturo convirtió la ciudad en un gran escenario de encuentro entre vida diaria, literatura y lector. Todos los textos que, un día de estos fueron leídos ya sea por él o por alguien más en la prensa, remiten a Tampico. A su manera de llegar, crecer, sobrevivir el puerto. Andanzas por lugares concurridos, comunes, que se decantan en sorpresa, florecientes de significado.

Las colaboraciones periodísticas que un día de estos el escritor creyó serían intervenciones efímeras, han dado cuerpo a un nuevo libro, el cual reúne la cuenta de los días que atravesamos distraídos desde el año 2001 al 2006, para detenernos ahora, frente a sus palabras como ante el espejo, ante el aparador, ante nuestros propios recuerdos...

Este ejemplar al cual me refiero, guarda en 376 páginas las exploraciones del autor en la crónica como género periodístico. Narraciones próximas también a la autobiografía, escritas siempre en primera persona con un honesto sentido del humor que no incomoda. Una búsqueda en cabal actitud fática que pareciera a veces nos sigue la corriente, nos reclama, nos confiesa, se burla un poco de nosotros en nuestra cara, se divierte, nos atrapa.

Durante el recorrido, quien lee asume el paisaje como ver por el parabrisas del auto que transita la calle de siempre, y ahora configura nuevos escenarios, de los que fuimos partícipes, en los que nos encontramos con Arturo, en los que nunca estuvimos con él…







Eva sin paraíso: columna en el Expresso, publicado lunes 9 de Noviembre 2009.
Fotografías de Juan Carlos Castañón

domingo, 8 de noviembre de 2009

Seis gimnastas por un sueño

Desde hace una década, festejo junto a ella cada otoño. Ella cumple años, yo en cambio, celebro mi propia fundación en aquellos enormes y redondos ojos, el dejarme sostener desde el índice por su puño.
Nos conocimos una tarde de Octubre. Lloró breves momentos: la inauguración del aire en los pulmones, el desprendimiento -como
gajo maduro- de la misma pulpa que fuimos.
Luego, el territorio cotidiano se pobló con su nombre. Pero esta noche mientras contemplo el teléfono, la recuerdo como si su ausencia viniera de otros tiempos futuros.
El día comenzó muy temprano. Alcanzar las nubes no fue difícil; salimos de la cama, nos vestimos de prisa para llegar al aeropuerto. Su entusiasmo elevó el vuelo, y yo la acompañé el trayecto com
pleto en el asiento de a lado.
Se preparó pa
ra el frío usando calentadores en sus piernas, sobre su leotardo y short de lycra, un pants blanco. Alisó muy bien el cabello con agua y cepillo, enredó su chongo con una liga gruesa. Me descubrió a través del espejo, con esa mirada redonda, contemplando su ritual de iniciación.
Cuando fui niña, pasé al foro muchos lunes a decir el juramento a la bandera, también pronuncié discursos a los héroes y algunos poemas. Gané un concurso de oratoria en mi zona escolar. Otro más e iría a saludar al gobernador, dos más y al presidente de la república. Pero no quise estar lejos de casa, y me dejé vencer sin decirle a nadie que en realidad yo no quería ganar una distancia. En cambio ella me dijo, que se iría como otras ya se han ido, estaría interna para estar con las mejores, viajaría por el mundo, haría su rutina para triunfar haciendo lo que le gusta. Sí vas te harán comer acelgas, le dije, así que sin remilgos comienza a comértelas desde hoy. Me creyó a medias y no las probó.
Lo que si, es que insiste cada tarde entrenar a pesar: de sus pies valgos, el poco crédito en flexibilidad, sus horas de juego, los dolores musculares, la tarea de su escuela, esta torpeza mía para la adulación de sus mentores, el costo de los implementos deportivos, las deficientes instalaciones para el desarrollo de la disciplina, el espacio cada vez más reducido para las gimnastas de rítmica que deja el Parque Siglo XXI.
Nunca antes pasó una noche fuera de los techos familiares, pero la invitaron y allá está ahora, asomándose al universo del alto rendimiento.
Este tiempo juntas, ha sido de crecer. Ella se estira en busca del sol, se desdobla; y a mi eso de las distancias, las alturas, se me da poco, lo mismo que el ejercicio. Si acaso, abro los libros, extiendo las hojas, brinco por los renglones, hago girar ideas, corro detrás de un significado.
Pero ahora espero el timbre de su voz, de su llamada, mientras los minutos se evaporan en el cause anodino para ser colonizados por su palabra. ¿Cómo estás? Le pregunto. Muy a gusto, pero lo mejor es que no te obligan ni con las acelgas ni las espinacas.

POSDATA DEL SUEÑO QUE COMIENZA.- Unos días atrás, leía un artículo escrito en 1896 por Amado Nervo, en el cual se preguntaba el costo para México de una pianista virtuosa. El siglo XIX, al parecer dio más de una. Sin tradición gimnástica en nuestro país ¿cuánto nos llevará conseguir una virtuosa en esta disciplina? El reto continúa. Por lo pronto desde el jueves 29 de octubre al lunes 2 de noviembre, 6 gimnastas de la Escuela Rítmica Victoria, apuestan por ese proyecto con su breve estancia en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR). Los padres, las entrenadoras y las niñas, buscan que Tamaulipas avance. Ojala sus aspiraciones sean compartidas, fomentadas, por quienes hacen el deporte desde el escritorio.
Eva sin paraíso: columna en el Expresso, publicado el lunes 2 de Noviembre 2009.
Fotografìa Elena Terán

martes, 3 de noviembre de 2009