sábado, 28 de noviembre de 2009

Campeona


Una tarde en mi ausencia. Bajó de un salto ese puñado luminoso de sueño.






La Vera, quien últimamente me asusta con sus dotes de vidente, le escribió [Deja vú de lo que va a venir... canta Páez] este poema: 

Pequeña gimnasta, 

me habría gustado verte dibujar silencios en el aire,
la ligereza de tus manos
en un círculo infinito. Saltar sobre la luz como un ave que busca la ventana exacta para cantar.
Alguna vez quise hacer de mis piernas un relámpago
(sólo aprendí a bogar entre la tinta).
Ahora, dulce reina de las hadas, vuelves eternidad el reflejo.

Marisol Vera
Altamira, Tamaulipas. Noviembre de 2009 


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