lunes, 15 de diciembre de 2008

REGALOSCOPIA: El obsequio que delata

Me gustan los regalos: de cumpleaños, en la mesa de bodas, los de bienvenida, recuerdo, viaje y por supuesto bajo el pino navideño.
Aunque me gusta abrirlos, me gustan más bajo el misterio de su envoltura… porque cerrados está vigente la posibilidad de la sorpresa. También me gusta adquirirlos, envolverlos, entregarlos…pero por lo general no en un intercambio.
Más de cien años antes del nacimiento de Cristo ya era usanza entregar y recibir regalos por estas fechas. Los primeros de Enero, los romanos de antaño se regalaban entre sí amuletos, dijes, miel, higos secos y monedas de cobre a manera de atraer la suerte y la fortuna en el año que iniciaba.
Algunas preguntas que aquí caben son: ¿Cuántos regalos se entregarán sólo durante estos últimos quince días del año? ¿A quién le tocarán más de ellos? ¿Cuántos expresan un sentimiento genuino de gratitud, admiración o amor? ¿Quién se lleva los mejores? ¿Quién los más costosos? ¿Habrá a quien de plano no le llegue nada? ¿El aceptar obsequios o devolverlos será un dilema moral para la mayoría de los ejecutivos, funcionarios o autoridades en este país?
El asunto regalo no es sólo una cuestión de economía sino más bien un elemento cultural. Mientras que los sajones no ven con buenos ojos el que un proveedor envíe un regalo para los latinos es una costumbre que tiene que ver con las buenas maneras. Nos guste o no, la cantidad y tamaño de las cajas, las cintas, los colores y texturas de las envolturas, los emplayes, las tarjetas que recibamos a nuestro nombre, mucho nos dicen de la categoría de nuestras decisiones.
Hay un concepto que el criminólogo español Miguel Gallardo propuso en uno de sus textos: Regaloscopia. Este término se refiere a "cuanto pueda permitir el conocimiento de hechos, personas y cosas relacionadas con los regalos de todo tipo.” Entonces comienza a inquietarme la idea de por qué a un criminólogo le interesa el estudio de los regalos… ¿Qué delitos se encubren durante esta época con festivas envolturas navideñas? ¿Dónde termina un regalo y comienza algo más?
Y si acaso contratáramos al experto para hacer un análisis de laboratorio in situ… ¿qué cosas incriminatorias pudiera encontrar sobre las faldas de los ya hasta oficialmente encendidos pinos navideños en Tamaulipas?
La orden sería: Para preservar la escena de crimen, favor de no abrir ningún regalo. Pasaremos a encintar con bandas plásticas el espacio que haya destinado en casa para exhibir los posibles cuerpos del delito.
¿De qué se me acusa? Preguntaría el presunto responsable. De entregar este regalo.
¿Y yo por qué? Reclamaría el presunto implicado. Por aceptar este obsequio.
Ese moño siempre me pareció sospechoso.

POSDATA sobre los regalos que no quisiera recibir:
· Una manzana de alguna madrastra
· La cabeza de otro Juan Bautista en charola de plata
· Un caballo de madera para esta troyana con cien guerreros dentro
Y volviendo al génesis de esta posdata y de la cristiana humanidad misma
· La manzana de otra Eva… dos veces sin paraíso en este único tránsito terrenal es demasiado.

Eva sin paraíso: columna en el Expresso: Publicado 15/12/08
fotografía tomada de: img.xatakafoto.com/2008/01/regalo.jpg

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