Tanto festejo en el que al final de cada año nos vemos envueltos y, en lo personal, ingenuamente creía eran eco del gran acontecimiento para los cristianos: el nacimiento de Jesús. Pero hoy me entero que la navidad tiene raíces mucho más antiguas que la llegada de Cristo, y que las celebraciones por estas fechas eran tradición en más de una de las culturas antiguas, sin que estuvieran relacionadas entre sí. Echemos juntos un vistazo:
Las culturas del norte de Europa festejaban el 26 de diciembre de nuestro actual calendario, el nacimiento de Frey, Dios del sol naciente, la lluvia, la fertilidad; y durante esas fiestas adornaban a un árbol que representaba al universo.
Los incas tenían destinado el 23 de diciembre al sol poderoso, Cápac Raymi, donde celebraban el renacimiento de Inti o el dios Sol.
Los mexicas celebraban entre el 7 y el 26 de diciembre, la llegada de Huitzilopochtli , dios del sol y de la guerra.
Mitra fue un dios de origen Persa cuyo nacimiento presenciado por pastores y magos tuvo lugar el 25 de diciembre. Dicho sea de paso, esta deidad sanaba enfermos, expulsaba demonios, fue asesinado pero antes de su muerte y resurrección realizó una última comida con sus discípulos.
Las saturnalias, eran las festividades romanas que iniciaban el 17 de diciembre para culminar el 25. Saturno era el Dios de la agricultura y se le pedía el retorno de la luz con un sacrificio que tenía lugar en su templo, seguido de un banquete público y diversiones populares. Durante esas fechas, los romanos de entonces posponían sus asuntos de negocios, guerras incluidas, liberaban temporalmente a sus esclavos y realizaban intercambio de regalos.
Los evangelios no refieren de manera clara la fecha del nacimiento de Jesús, así que en el año 350, el Papa Julio I pidió que su nacimiento fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual se decretó en 354 por el Papa Liberio.
Nuestra fecha navideña es el resultado de una convención humana que permitió el sincretismo religioso y por ende la propagación de esta fe. Dicho de otra manera, ni los mismos cristianos precursores tenían clara la fecha del nacimiento de Cristo, o a lo mejor sí, pero convino a los intereses de expansión religiosa pues era más fácil que los paganos se convirtieran al cristianismo sin abandonar sus festividades: señores y señoras, que el Dios no es Saturno, Mitra o Frey… sino Jesús de Nazaret, pero no hay de qué preocuparse la fiesta sigue… pongamos pinos, coronas, hagamos banquetes, demos regalos, liberemos por un día a los esclavos… Por eso nuestra palabra navidad tiene raíces latinas: nativitas, que significa nacimiento, y a quienes se sumaron un poco más tarde, el término Christmas, puede traducirse como: misa (mass) de Cristo (Christ).
A estas alturas de los siglos, el festejo navideño ya no sólo es un asunto estrictamente religioso, hay otros equilibrios que tenemos que guardar. Como sea, estos son días que procuramos a la familia, la alegría y las expresiones afectuosas. Quizá debido a eso nos percatamos de nuestra sed y apetencia de Dios… así que no hay pánico que cundir porque si de natividad se trata, podemos llamarle Jesús al niño y de manera simbólica dejarlo nacer en nuestro corazón.
Eva sin paraíso: columna en el Expresso: Publicado 24/12/08Las culturas del norte de Europa festejaban el 26 de diciembre de nuestro actual calendario, el nacimiento de Frey, Dios del sol naciente, la lluvia, la fertilidad; y durante esas fiestas adornaban a un árbol que representaba al universo.
Los incas tenían destinado el 23 de diciembre al sol poderoso, Cápac Raymi, donde celebraban el renacimiento de Inti o el dios Sol.
Los mexicas celebraban entre el 7 y el 26 de diciembre, la llegada de Huitzilopochtli , dios del sol y de la guerra.
Mitra fue un dios de origen Persa cuyo nacimiento presenciado por pastores y magos tuvo lugar el 25 de diciembre. Dicho sea de paso, esta deidad sanaba enfermos, expulsaba demonios, fue asesinado pero antes de su muerte y resurrección realizó una última comida con sus discípulos.
Las saturnalias, eran las festividades romanas que iniciaban el 17 de diciembre para culminar el 25. Saturno era el Dios de la agricultura y se le pedía el retorno de la luz con un sacrificio que tenía lugar en su templo, seguido de un banquete público y diversiones populares. Durante esas fechas, los romanos de entonces posponían sus asuntos de negocios, guerras incluidas, liberaban temporalmente a sus esclavos y realizaban intercambio de regalos.
Los evangelios no refieren de manera clara la fecha del nacimiento de Jesús, así que en el año 350, el Papa Julio I pidió que su nacimiento fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual se decretó en 354 por el Papa Liberio.
Nuestra fecha navideña es el resultado de una convención humana que permitió el sincretismo religioso y por ende la propagación de esta fe. Dicho de otra manera, ni los mismos cristianos precursores tenían clara la fecha del nacimiento de Cristo, o a lo mejor sí, pero convino a los intereses de expansión religiosa pues era más fácil que los paganos se convirtieran al cristianismo sin abandonar sus festividades: señores y señoras, que el Dios no es Saturno, Mitra o Frey… sino Jesús de Nazaret, pero no hay de qué preocuparse la fiesta sigue… pongamos pinos, coronas, hagamos banquetes, demos regalos, liberemos por un día a los esclavos… Por eso nuestra palabra navidad tiene raíces latinas: nativitas, que significa nacimiento, y a quienes se sumaron un poco más tarde, el término Christmas, puede traducirse como: misa (mass) de Cristo (Christ).
A estas alturas de los siglos, el festejo navideño ya no sólo es un asunto estrictamente religioso, hay otros equilibrios que tenemos que guardar. Como sea, estos son días que procuramos a la familia, la alegría y las expresiones afectuosas. Quizá debido a eso nos percatamos de nuestra sed y apetencia de Dios… así que no hay pánico que cundir porque si de natividad se trata, podemos llamarle Jesús al niño y de manera simbólica dejarlo nacer en nuestro corazón.
¡Felicidades!
Imagenes tomadas de:www.jggweb.com
http://images.google.com.mx/imgres
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Y el sacerdote, Ignacio Larrañaga, añadió: si existe la sed, tiene que existir una fuente… la sed sería absurda sin la fuente. Antes que la sed, ya existía la fuente. Si hay hambre del Eterno, el Eterno tiene que existir, de otra manera, el hambre no tendría sentido… POSDATA, ahora que me acuerdo: Papá me dijo que las religiones eran como los partidos políticos o los refrescos embotellados. Podías elegir el que se ajustara a tus creencias o ideales, el que le fuera bien a tu paladar: entre doctrinas, posturas y bebidas está siempre el hombre: Son puros inventos, elige el que tenga tu medida.
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