
La ruta del entusiasmo y de las letras nos llevó hasta Padilla en 2010 con la intención de seguir el rastro de la creación poética en nuestro territorio.

A pesar de que entonces todo parecía fluir sin contratiempos, ya que el FONCA había distinguido este proyecto literario y apoyado económicamente, lo mismo que otras instituciones públicas, la reunión de 2011 comenzó a perfilarse con todos sus desafíos.
De entrada esa condición en el ADN nacional, de restar impulso a lo que busca crecer, como aderezo el cambio de poderes, la crisis económica, la falta de empleos, y sobretodo las ráfagas intensivas de temor a las que hemos sido sometidos.
A veces no entendemos las fuerzas que nos mueven, la brújula interior marca una dirección y el paso sigue luego de tocar puertas, paredes huecas, portones, ventanas sordas; luego de escuchar tantas veces no, recibir portazos, abucheos, escupitajos, pretextos grises. Alguien detrás de un escritorio, me dijo, esto es cuestión de voluntades. Y no queremos. Entonces me convencí que la esperanza cabe por ese costado, el de la determinación. ¿Dónde están los que dicen si? ¿Dónde los que buscan hacerlo posible?
En este país en emergencia, los poetas mutilados de sus hijos callan sus voces, las poetas pierden la mano que escribe, ganan un sepulcro y son “sangre del silencio” mientras su demanda sigue viva: “Ni una muerta más”.
Este país urge de una asidera a la vida, de cierta consistencia en la arena movediza del tiempo. Este país condoliente urge de unidad, de propuesta y trabajo conjunto. Los bolsillos vacíos de la mayoría repiten y repiten nuestra pobreza, pero el latido cardiaco [lup dup lup dup lup dup] confirma que seguimos aquí.

Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
Publicado el 7 abril de 2011.
Publicado el 7 abril de 2011.
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