jueves, 5 de abril de 2012

Vencidos por el escritorio

Mientras algunos niños y jóvenes están disfrutando de sus vacaciones escolares por Semana Santa, otros se encuentran concentrados en sus entrenamientos y competiciones deportivas, ya que los procesos selectivos para llegar a las próximas olimpiadas nacionales se encuentran desde hace días en su pleno.


El año pasado, el tablero de medallas se vino abajo en relación a  la trayectoria ascendente que se había logrado sostener, sin embargo hubo ese margen de tolerancia para los recién llegados a sus puestos. Ahora… estamos por ver qué resulta. No podemos hacer responsable al talento tamaulipeco que desde siempre suda la camiseta entregándose con pasión en las canchas, duelas, albercas, pistas, alfombras y tatamis… Será tiempo de voltear a ver a quienes ponen las reglas del juego desde el escritorio.
Es tremendo que nuestros deportistas tengan que padecer la negligencia de más de un responsable de oficina que parece no entender que detrás de cada resultado hay una persona o grupo que está viva, es decir que siente en carne y espíritu el flagelo de la torpeza ajena. No basta para ganar con las capacidades físicas, ser un campeón en medio de las agrestes condiciones dadas requiere un temple anímico aún con mayor dotación que las destrezas motoras. La clave sin lugar a dudas es desarrollar tolerancia a la frustración.
De entrada, los espacios para el deporte siguen siendo insuficientes, además ya hemos visto en más de una ocasión que la selecciones de atletas son desalojadas para llevar a cabo ceremonias completamente ajenas al ejercicio físico. Y la promesa siempre vigente de que para los aplicados un máximo recinto vendrá. Se inauguró un polideportivo en obra negra que a estas alturas sigue sin abrir las puertas como es debido, pero una vez que el acceso sea una realidad… ¿Quiénes se harán cargo de él?
Los instructores, que han sobrevivido gracias a las aportaciones voluntariamente a fuerzas de los padres de familia, ya están frotándose las manos en espera de su nuevo nicho de poder. Es tanto lo que se les ha concedido que ahora los patos le tiran a las escopetas. No hay forma de controlarlos porque la fórmula ha sido: me hago de la vista gorda pero no me exijas compromiso.  
¿De qué compromiso estamos hablando? Horarios y asistencia de los maestros, por ejemplo. Capacitación de los responsables que se encuentran al frente de las distintas disciplinas, equipamiento de espacios y dotación de implementos a los practicantes, pagos de cuotas inherentes a la actividad y traslados a los lugares sedes de los distintos certámenes… ¿le seguimos?
En fin que los maestros al garete, a las horas del entrenamiento llegan y se van a su antojo, o bien atienden a sus equipos sin cortar sus conversaciones por celular, encargan sus grupos a menores de edad, padres de familia o cualquier improvisado de su confianza, piden cooperación para el mantenimiento de las áreas, dobletean con la venta de uniformes y los artículos necesarios para desarrollar las actividades, además de cobrar a su antojo lo que les sea necesario para completar un extra, siempre bajo el manto protector de la abulia de quienes hacen del deporte burocracia.  
Por nuestro desarrollo deportivo, hagamos una evaluación. Como ejercicio, en lugar de céntranos en nuestros jóvenes talentos, llevemos al pódium del rendimiento a nuestros funcionarios del deporte y los entrenadores a su cargo, que vaya que son un mismo equipo.


Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 publicado el 5  de abril del 2012

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