martes, 6 de septiembre de 2011

Poetas sin reconocimiento oficial

Recuerdo el día que gané una bicicleta de carreras. Me la dieron a cambio de un poema. La convocatoria no especificaba exactamente el premio que recibiría pero igual me inscribí pues quise poner a prueba mis palabras. La entrega del velocípedo estuvo a cargo del licenciado Herman H. Fleishman, quien fungía como director del periódico corporativo Hola Verde del Grupo Tampico. Entonces trabajaba en una de sus empresas de radio, conduciendo un programa de rock en español.
Yo que nunca había tocado el manubrio de un artefacto deportivo como ese, posé orgullosa y desconcertada para la foto junto a mis compañeros de segundo y tercer lugar que obtuvieron ¨una bonita mesa plegable de importación¨ y un ¨práctico destornillador eléctrico¨. Así se informó en la nota del evento.
De todo esto me acuerdo hoy, porque ya salieron las nuevas convocatorias de literatura del ITCA y uno de los premios en la categoría infantil será un Nintendo DSI. Seguro que el ganador lo recordará por siempre, pero no creo que un juego electrónico sea el estímulo más adecuado para  un posible futuro escritor… y se lo digo también como madre en etapa de crianza, como coordinadora de talleres de escritura creativa para niños…
Las convocatorias del estado (dramaturgia, novela corta, novela negra) parecieran no estar pensadas para distinguir a los escritores de Tamaulipas. De entrada por que al ser nacionales, las posibilidades que un propio obtenga el visto bueno para el primer lugar, se reducen. Cierto que al exigir una calidad acorde al mejor nivel del país, se cierran las puertas a la autocomplacencia, pero al no haber acciones previas que fomenten el desarrollo de la literatura, estamos prácticamente poniendo el premio fuera de casa. A menos que lo de nacional, sea sólo un título, y su difusión más allá de nuestro territorio casi nula.
El concurso de poesía y memoria para los adultos mayores, convendría situarlo en el DIF, y que desde sus presupuestos se reconozca la voz de quienes ya cumplieron los sesenta y quieran compartir sus vivencias, cuyo valor también es importante. Porque la literatura va más allá de la agrupación de recuerdos, emociones y palabras; es un objeto artístico de creación intencional compuesto de realidades interdependientes, forma y contenido. La literatura presupone una intención estética, más allá del querer contar o compartir.
Imagine usted, se les pide a los más entrados en años, un mínimo de 60 cuartillas para concursar. Eso implica un ganador con verdadera disciplina (pero ni el maestro Francisco Ramos alcanza aún la edad para entrar en esa categoría, acaso Juan Jesús Aguilar o Arturo Castillo Alva…). O bien, habrá un texto premiado que sea mucha paja sin LETRAS verdaderas.
Y por tercera vez consecutiva, aunque con distinta administración: no hay premio para los poetas del estado luego de salir de sexto y antes de obtener la credencial INSEN. Parafraseando el refrán popular: pobres de los poetas pobres (radicados en Tamaulipas, por supuesto) que al cielo no van…
Eva sin paraíso: columna publicada en el Expreso de Ciudad Victoria, La Razón de Tampico y en el portal electrónico Gaceta.

1 comentario:

  1. me hiciste recordar cuando en el bachillerato gané un concurso de décimas alusivas a la muerte y como premio me dieron un balón de Voleibol. Lo recibí, sin saber como esbozar una sonrisa,ante los elogios de mis compañeros, no por mis décimas, claro, sino por lo bonito que estaba el balón. Al llegar a casa lo aventé debajo de las escaleras donde se quedó los siguientes dos meses, como una especie de juez silencioso que me recordaba mi falta de gusto por todo aquello que tuviese que ocurrir en una cancha; finalmente, se lo regalé al primero que pasó por allí y me lo pidió. Fue un gran alivio verlo irse en las manos correctas.

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