La noche del viernes fue una noche plena. Acompañada
de mis hijas, y otra menor amiga de éstas nos dirigimos al Centro Cultural
motivadas por la visita de Sergio Cárdenas. El director había iniciado la noche
anterior, en el Espacio Cultural Metropolitano de Tampico, su gira Tamaulipas
2010 con el concierto denominado Genoma Musical de México, para continuar en
Victoria y terminar el 23 de mayo en Nuevo Laredo.
Llegamos a las 8:15 al atrio, el concierto ya había
comenzado. Tuvimos que esperar a que las puertas de la sala se volvieran a
abrir y nos permitieran el acceso. Dicho así, pareciera una falta de respeto
nuestra aparente impuntualidad, pero la verdad es que en el teatro Amalia los
inicios son impredecibles. En pleno Festival Internacional, inclusive, hemos
tenido que esperar más de una hora entre la primera y tercera llamada antes de
iniciar el espectáculo... pero esta vez los responsables fueron los miembros de
la comisión de los festejos del bicentenario, muy puntuales y con cupo lleno.
Luego de atravesar el pasillo a media luz sintiendo que
el peso de las miradas nos empequeñecía y, por lo menos a mí [señora con niñas
rompiendo la simetría de la función] me volvían cada vez más densa durante el
recorrido a nuestros asientos. Aún no muy aliviadas por el bochorno, nos
dispusimos a escuchar el luctuoso Mictlán-Tlatelolco que compusiera Manuel de
Elías en 1985 a las víctimas del terremoto en la Cd. México. Las pequeñas comenzaron
a vibrar con los dramáticos acordes: Clarissa me tomó de la mano, Gracia y
Cristina se miraban y volvían la vista hacia los músicos fingiendo parsimonia.
La tensión cambió cuando Amaury Gutiérrez comenzó a rapear The flower is a key en pleno patio de butacas,
sorprendidas por el contrapunto que hacen lo instrumental clásico y un ritmo
contemporáneo que les es familiar; el joven cantante de mezclilla y tenis
irrumpiendo hasta el escenario, los ejecutantes y el director en perfecta gala
aderezando el ritmo con sus pies y produciendo con los instrumentos sonidos
inesperados; el poema en inglés, los músicos haciendo coro...
El rap a Mozart compuesto por Cárdenas para la
Filarmónica de Berlín pone de manifiesto la influencia global de las tendencias
actuales. Sergio, en franca actitud posmoderna, toma de la cultura callejera de
Norteamérica un ritmo que lleva hasta la expresión sinfónica. Un sacrilegio,
como él mismo lo diría divertido y que algunos equiparan con la actitud irreverente
que caracterizó al genio musical de Salzburgo.
La noche también fue de obsequios, ya que escuchamos
en su gira de estreno Boleros sin
palabras, una pieza de tamaulipeco a tamaulipeco, compuesta por el maestro
en honor al entrañable pintor Pedro Banda; igual fuimos testigos de la entrega
de las partituras de esta obra a Eugenio Hernández y su esposa Adriana.
El director sintetizó en menos de dos horas la
secuencia genómica musical de los mexicanos, pasando por las expresiones
sonoras con reminiscencias autóctonas, el folclor del huapango, los corridos
revolucionarios y otras corrientes populares de salón y serenata. Los
asistentes aplaudimos de pie varias veces, el músico profeta en su tierra regresó
a escena batuta en mano, para hacernos cantar junto a la orquesta sinfónica de
la Escuela Nacional de Música, los temas muy nuestros como El Cuerudo, Victoria
y hasta el Himno a Tamaulipas.
Las niñas salieron contentas del teatro, cualquier
otra ocasión no dudarán en volver. Sergio Cárdenas nos llevó a un paseo por
nuestros rasgos rítmicos esenciales. Por las huellas que nos marcan, en las que
aún los muy jóvenes se reconocen, acomodamos nuestro oído y los latidos del
corazón.
Eva sin paraíso: columna publicada el martes 24 de mayo en Cd. Victoria en el Expreso y el jueves 26 en la Razón de Tampico.
ASÍ LLEGÓ AL BUZÓN:
ResponderEliminarGracias por la información, no sabía que tenías hijas, pero que bien
un saludo también, para ellas.
ATENTAMENTE:
SERGIO GARCÍA DÍAZ
Querida Eva: no tuve la oportunidad de ir por una situacion u otra, pero hubo varios amigos que tuvieron la fortuna de asistir y me dijeron que me hice un favor, que eso del rap nada más no. En fin, no puedo decir nada por que, repito, no asistí. Un abrazo y que chido que se la pasaorn bien.
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