jueves, 21 de enero de 2010

Claraboya literaria: un privilegio

Quizá era una tarde de octubre, no lo recuerdo bien, cuando sonó el teléfono y preguntaron por mí. Yo hacía mi segundo embarazo al tiempo que cuidaba a mi primogénita, quien por entonces cumplía dos años. También era becaria del FONECAT con un proyecto intitulado Estado de Gracia.
Los poemas como los seres humanos se construyen célula a célula, gota a gota. Por eso aquel propósito de traducir esa espera, su rostro luminoso y oscuro: buscar la voz de las transformaciones que la maternidad trae consigo.
Pero les contaba que sonó el teléfono de casa en Ciudad Victoria, y era Juan José Villela quien esa primera vez me llamaba de Tampico. Yo no sabía de él, pero me dijo que recién me había conocido leyendo Cualquier día de la Semana, una plaquette editada tiempo atrás por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECAT).
Sucedía que junto a Oscar Okuzono, gerente de la librería del sur de Tamaulipas más importante por aquellos años, y otros entusiastas más, coordinaba las presentaciones de Claraboya Literaria. Un lugar para la reunión, la lectura en voz alta y la difusión de la literatura, el cual había encontrado espacio en el piso y entre los estantes de la Cristal.
Al reunir material para preparar un evento dedicado a las escritoras tamaulipecas, se topó con algunos textos de mi autoría. Ahora, luego de ocho años, cuando le pregunto cómo consiguió mi número telefónico, ya ni siquiera se acuerda. Aquella vez, aunque emocionada, le dije que no me sería posible hacer la distancia, asistir con mi panza crecida y otra menor de la mano; además de estar en el cierre de mi proyecto becario. Él insistió. Le dije que iría por las fiestas decembrinas al puerto y podría saludarle. Él insistió en conocer las palabras que por entonces me afanaban. Le envié una copia. Él insistió.
Así, el primer jueves del año 2002, Claraboya literaria comenzó sus quehaceres presentando una selección de poemas y comentarios sobre Estado de Gracia. Villela reunió lectores, público, prensa. Yo llevé la sidra y las copas para brindar por un afecto germinante.
Los fundadores iniciales de esta actividad, al tiempo, hicieron caminos divergentes. Para Juan José Villela son 10 años. Muchos jueves, mucha obra, muchos talentos, mucha entrega. Una labor alternativa de buena fe y sin honorarios, que a todos enriquece. El objetivo inicial se mantiene: privilegiar las letras, sin embargo él se propuso “abrir el abanico”, mantener un foro abierto para los creadores y las manifestaciones culturales; un escenario libre y gratuito para el público.
El próximo jueves 14 estaré en Tampico. Otra vez Enero, y también otra vez la primer actividad propiamente literaria de Claraboya.
Juan José Villela permanece en su bruñir el horizonte de la ventana que hizo suya, que ha hecho nuestra.





Eva sin paraíso: columna publicada el martes 12 de Enero 2010 en el periódico Expresso de Ciudad Victoria, La razón de Tampico y Expresso de Matamoros.
Fotografías de Minewrva Castillo

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