miércoles, 13 de mayo de 2009

Candidatos con madre

No soy científica pero lo sé, nueve años de ejercicio avalan mis palabras: la maternidad ese llamado instinto fundamental femenino, es un asunto de hormonas. Ninguna mujer limpia de ese cóctel podría en su sano juicio elegir ese estoico arrobo como estilo de vida: a veces el dolor que lentamente crece anuncia el acontecimiento, otras de prisa, el líquido que se derrama entre las piernas. Ya en el hospital lavativa para desalojar las tripas, y unos dedos enguantados quieren saber –muchas veces más de una ocasión- que tan cerca de la salida está esa criatura que toca la puerta. Recuerdo que salí del quirófano con mi primogénita en brazos, aún aturdida por la anestesia y el agotamiento, el paramédico manejaba la camilla como microbusero bien colocado. Luego la habitación tenía dos inquilinas, hinchadas igual, cansadas igual, estrujadas igual... yo quería comer taquitos de barbacoa y un refresco chico, me dieron un té de manzanilla. Supongo ella quería que mis senos fueran un dispensador lácteo de última generación y apenas eran un grumo enorme que se atoraba en la salida. Después de este ritual de iniciación, la certeza de que la maternidad no es nada de miel sobre hojuelas, y uno no se parece tampoco a las mamás de comercial siempre guapas, tolerantes y sonrientes.
En nuestro país según datos del INEGI, un 40.9% de las madres de familia padecen eventos de violencia intrafamiliar, ya sea por parte de sus compañeros o cónyuges e inclusive de sus mismos hijos.
El 40% de la población femenina en Tamaulipas, de acuerdo al Consejo Estatal de Población (COESPO) es madre de familia, y el 21% de ellas, se hace cargo totalmente del hogar y la educación de sus hijos, algo así como 180 mil madres activas y a la vez proveedoras económicas. En lo que los números no están actualizados, es en la cantidad de madres que trabajan fuera de casa, y a pesar de tener un compañero asumen el rol de la maternidad y el hogar de manera total... la cansada vida de ser mamá, ama de casa, esposa y trabajadora a la vez.
Ya debe de ser hora de que el trabajo que se desprende de las tareas propias de la maternidad sea reconocido como el más productivo e invaluable, y no sólo honorífico. Una mujer dedicada al cuidado y la educación de sus hijos está labrando para la nación y el mundo mejores mañanas.
Por lo pronto en México, ya tenemos más de ochenta años celebrando a las progenitoras el 10 de Mayo, y a decir de algunos, este festejo familiar se ha convertido en uno de los más queridos e importantes, luego de navidad y el 12 de diciembre.
Ahora que estoy por cerrar mi primer década como mater admirabilis, tengo bien claro cuál es el mejor regalo para una mujer que ejerce la crianza: un fin de semana largo, como denominaron nuestros diputados en pleno a eso de celebrar en lunes nuestros festivos para ampliar los periodos de descanso. Si el día del trabajo... no se trabaja por ley, y si hay que hacerlo, se recompensa con una mejor paga; si los maestros, avalados por su sólido sindicato, también se regalan su día desde tiempos de Don Venustiano Carranza... ¿por qué no se decreta que la mujer que trabaja enseñado a vivir suspenda sus actividades para ser atendida en su hogar de acuerdo a la importancia y nobleza de su papel social?
Posdata para aquellos candidatos en campaña: Ahora que la influenza ha traído un cambio inesperado en las propagandas partidistas, se requiere más que nunca de propuestas inteligentes y sensibles. Por ello, demostrar que se tiene madre y se le procura, puede ganar simpatías. Las mujeres, sin duda daríamos nuestro voto a aquel candidato que respete, valore y celebre nuestras tareas como mamás... y lo demuestre buscando integrar a la agenda legislativa nacional ese merecido día de descanso para la mujer con hijos.
Eva sin paraíso: columna en el Expresso, publicada el martes 12 de mayo 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.