jueves, 30 de abril de 2009

Nutrición impuntual...

Una de tantas Evas que se levanta temprano, desamodorra a las hijas, prepara el desayuno, lo sirve, pero ante las urgencias matutinas no prueba bocado, y sigue contrarreloj con el lonche escolar, despachando a la familia a sus deberes, tratando de ganar tiempo, haciendo espacios, acomodando el día. La mañana avanza...
Es 22 de abril de 2009, fecha en que se realiza el Segundo Congreso Nacional de Nutrición: Crece Sano. Algunas avenidas de la ciudad lo han venido anunciando con coloridos pendones desde días atrás... consulté su programa y parecía prometedor. Especialmente me interesó el Análisis de los factores desencadenantes de la obesidad infantil en el estado de Tamaulipas a cargo del Dr. Juan Guillermo Mansur Arzola, Secretario de Salud de nuestro estado. Ya hace más de un año se viene informando en los medios que en problemas de salud pública, en Tamaulipas también avanzamos en peso corporal, colocando a nuestros niños de entre cinco a once años en el top del ranking de obesidad infantil nacional... algunos se han atrevido a señalar como factor trascendente nuestra situación de estado fronterizo. La mañana avanza...
Como todo día para cada Eva, tengo trabajo pero quiero estar ahí. Eso de las cifras oficiales siempre será interesante para luego contrastarlas con la realidad que personalmente se advierte. A esta hora de la mañana ya comenzaron, pero es el tiempo de los discursos, las felicitaciones, los aplausos, y como el tiempo sigue ya hace hambre. La vida, una constante paradoja, recuerda que para un congreso de nutrición, mínimo nutrirse, así que primero hago escala en un local de gorditas y pido de champiñones, un guiso con carne en salsa y jugo de naranja, pensando siempre en el equilibrio de la pirámide alimenticia.
De pronto los comensales voltean hacia la puerta, una pareja entra, todos los siguen discretamente mientras el comal encendido cuece la masa despidiendo hilillos de vapor. Los recién llegados saludan a todos, visten impecables para la ocasión que ya cumplieron y a pesar del hambre que supongo los trajo hasta aquí, lucen también una sonrisa amable. Él acomoda en el banco que está a mi lado a un niño que los acompaña, luego a su mujer. Yo les sonrió también por cortesía y pido la cuenta, pues si Arturo Diez y Alejandra Osuna ya están ordenando las de huevito, un Esquis de fresa y una de dieta, por lo que he sacrificado mis deberes de Eva, ya estará iniciando. Son las once y la mañana avanza...
Atravieso la plaza en dos o tres pasos, llego al atrio del Centro Cultural, hay mucha gente cargada de folletos diversos. De seguro todavía no empieza, me tranquilizo. Pero hay pantallas de lo que ocurre adentro, y ahí está un hombre hablando de los trastornos alimenticios. Nada parece tener sentido, afuera hay demasiadas personas charlando, el bullicio entusiasmado hace eco. Entro al teatro.
Son las 11 de la mañana con trece minutos, confirmado con la señora de la butaca de adelante. El conferenciante en el podium habla del tema lo mismo que se lee en las revistas de la fila de cajas en el súper, quizás a eso se deba que las personas se paren de sus asientos y salgan, los que estamos ahí escuchando bien podríamos caber en el auditorio del lugar. Las puertas azotan constantemente, las personas no dejan de entrar y salir, salir y entrar... no hay quien les ponga orden. El médico a cargo de la platica dice algo novedoso en la sesión de preguntas y respuestas: No hay estadística mexicana sobre anorexia y bulimia. Termina su participación y la mañana avanza...
Inquieta, desconcertada... me dirijo a una joven de gafette con letras enormes y la palabra staff: Señorita, pasan ya de las doce... a qué horas nuestro Secretario dará su conferencia, he llegado alrededor de las once siguiendo el programa, esa era la primera charla del día... Señora, como nos sobró tiempo en la inauguración y aprovechando que aquí estaban las autoridades, él ya dijo lo que tenía que decir. Es un hombre ocupado. Lo adelantamos y se retiró temprano a cumplir con su agenda. Así, por crédula me la perdí... y la mañana se fue.

Posdata del análisis de los factores desencadenantes del los títulos de los congresos en el estado de Tamaulipas: ¿Qué le da a un congreso el carácter de nacional? ¿Su promoción por todo el país? Al parecer no. ¿El público que asiste de los diversos estados de la República? Al parecer no. ¿Qué el programa este integrado por ponentes de diversas partes de México? Al parecer sí. ¿Y eso es suficiente para denominarlo nacional? Al parecer...

Eva sin paraíso: columna en el Expresso, publicado el ñunes 27 de abril 2009.
Imagewn tomada de
www.definicionabc.com

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