domingo, 6 de marzo de 2011

¡Ya bájenle!

Hace unos días Joaquín López Doriga en cadena nacional y en horario tripe A… se resbaló frente a la audiencia al tratar de sacar adelante una entrevista con el actor Anthony Hopkins. Todo sucedió cuando el sistema de audio falló y el “teacher”, aún con las tablas ganadas en treinta y nueve años de oficio periodístico, comenzó a perder el piso. Su nerviosismo y desconcierto era evidente. En lugar de mandar a corte con una sonrisa, esperar a que se restablecieran las condiciones para continuar adecuadamente y seguir como si nada hubiera pasado, enfrentó al toro por los cuernos pero se llevó su estocada. Aunque las preguntas tenían un buen planteamiento, su pronunciación del inglés mantiene ese tono a la mexicana de cuando se aprende sin vivir en el extranjero, ese tono que se instala sin la práctica conversacional suficiente. Después de su fallida acción heroica, el escarnio, la mofa pública y esa nacionalísima actitud de hacer aserrín del tronco caído… Por favor, cuando un forastero se aprende unas palabritas en español y las dice más mochas e incomprensibles que Doriga hablando inglés…. le aplaudimos, le festejamos, adoramos su gesto de tratar de ser como uno… en cambio si un pocho (que puede ser también no nacional pero su herencia de baba de nopal en la sangre lo condena) hace su esfuerzo con el español, entonces lo castigamos por su atrevimiento y su mal manejo del idioma. ¡Qué vergüenza! ¡Cuánta ignorancia! Hace tiempo me explicaban que uno de los factores para que los extranjeros dominen varias lenguas, entre ellas la nuestra, es que son muy aventados. Le temen menos que uno al ridículo y hacen el esfuerzo por comunicarse a pesar de que no lo logren con propiedad, eso del acento los tiene sin cuidado. Pero observe por ejemplo a los estudiantes de inglés en México… parece que les comieron la lengua los ratones. Uno de los problemas en nuestro país de ya meritos, es que la intolerancia llega a límites inmovilizantes. Más vale estar abajo que caer, más vale no intentarlo que la bulla de la gente que nunca lo intenta. En lugar de ponernos a estudiar una lengua extranjera, nos carcajeamos de los errores de López Doriga, y lo reprobamos en las redes sociales, muchas de las veces con evidentes faltas de gramática…. y si acaso somos mexicanos equipados con inglés como segunda lengua…uy, pior tantito la chacota. Ay por favor, ya bájenle puristas del lenguaje, poliglotas con filo, finísimas e infalibles personas. Los vuelos comerciales en México dan las instrucciones y la atención a los pasajeros en español y en inglés, eventualmente en otros idiomas. Pero si por ejemplo, usted aborda una aerolínea en gringolandia, la comunicación por lo general, será su problema. Cantantes famosos como el grupo español Mocedades, ya han visto como bajan del avión a uno de sus integrantes por no aceptar comunicarse en inglés y exigir se le hable en su lengua. La azafata, según la anécdota, preguntó en voz alta si alguien abordo hablaba español, al no obtener respuesta con una actitud burlona dispuso que el viajero abandonara la nave, y el interprete muy digno no pronunció ni un amsorri. El grupo irónicamente se dirigiría a las Vegas para recibir el reconocimiento: Máximo Orgullo Hispano. La pregunta es por qué Sir Hopkins que venía a nuestro país a promocionar la película El rito, no sabía cómo se pronunciaba en español. Si a la tierra que fuereis has lo que viereis, y si además vienes a vender un producto, pues no sólo a la televisora y al conductor premium, si no también a los encargados de mercadotecnia de la cinta y al galardonado actor les faltó preparación
… ¿don yu?

Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico. Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas. Imágenes tomadas de la red.

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