jueves, 7 de junio de 2012

Desconsolación y turismo deportivo


Distinguido señor responsable del deporte en Tamaulipas, usted bien sabe la injusticia que con su firma avala, el sueño alcanzado que destruye, la huella en lo intangible de una pulpa temprana que convierte en carne de cañón, objeto de uso y de desecho.
En México no existe la cultura de la denuncia ciudadana pues… ¿De qué vale arriesgar la palabra, el buen nombre, la tranquilidad, en un país donde nunca sucede nada malo? En este mítico lugar donde todo marcha bien, quien se atreva a señalar aberraciones que le infringen pasa de ser víctima a victimario. Si se pronuncia el error, el riesgo es convertirse en el error, porque si todo está tan bien ¿Quién será quien anda mal?
Resulta entonces que el montaje de un escenario tardío tuvo más peso que la sólida verdad de los hechos anteriores… usted bien sabe de qué es producto el resultado al que se ciñe como justificación, simple pretexto. De nada vale lavarse las manos ni decir que es un asunto ajeno, una cuestión personal…  desmarcar la responsabilidad institucional puede parecerle una buena salida pero así el conflicto de fondo se mantiene, se consiente y se cobija. Usted tiene conocimiento ahora de otras voces que desde su llegada al puesto fueron a presentar quejas similares al asunto que hoy ocupa este comentario, y lo mismo que ahora no fueron atendidas.
¿De qué tamaño la coraza de los de vista gorda? ¿Cómo es posible que el Instituto Tamaulipeco del Deporte tolere a sabiendas y con constancia el maltrato emocional y físico de sus talentos? ¿Por qué no actúa cuando se le reclama? ¿No debe vigilar eso de cerca el titular de alto rendimiento? ¿Quién tiene el mango de la sartén?
El maniatado Hugo Guerra sugería que un caso así debía turnarse a la Procuraduría del Menor y la Familia. Asunto del DIF, no de Deportes, comentó. Dígame entonces ¿Aquí en Deportes quién manda? ¿Quién pone el desorden en cintura? ¿Por qué llegar a últimas consecuencias, palabras siempre mayores si una sanción a tiempo mantiene la paz en la fiesta?
Ante las contundentes evidencias, la saña expuesta y sin revés aún propone Ana Bertha Yañez, en su nombre, la consolación de hacer turismo deportivo… de viaje a la Olimpiada Nacional para hacerse la foto del recuerdo ¿Dónde duerme la dignidad? ¿Por qué eso es aceptable y correcto? ¿Dónde comienza y termina el simulacro?
Dígame cómo se explica lo que pasa a una menor que lleva la tercera parte de su vida entrenando y teniendo fe en su esfuerzo y sus logros. Cómo decirle que al ITD le vienen bien algunas inéditas estrategias deportivas aunque a otros le pase por encima. Cómo hacerle saber que los sórdidos trucos fuera de competencia deciden quién tiene la oportunidad de pisar el podio. 
Dígame señor, porque usted sabe lo que desde el mes de enero se puso entre sus manos… ¿Qué ha hecho desde entonces? ¿Qué garantías para después?
Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas. 
 Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
 Publicado el 7  de junio de 2012.

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