Y es que esta vez, un bufón en su show fue capaz de despertar la indignación de muchos. La estulticia disfrazada de irreverencia quiso banalizar una tragedia. No insisto en repetir el desafortunado gag. Es penoso.
Las heridas por el incendio de la Guardería ABC de Sonora siguen crudas. Mucho que doler en un solo caso que no termina: 49 inocentes muertos y 76 más lastimados. ¿Cuántos culpables sin castigar por esto? En la memoria de los deudos, la perdida se mantendrá vigente.
¿Hace cuánto que dejó usted de temerle a los payasos? Algunos a pesar de que hayamos superado la fobia, insisten en asustarnos. No es gracioso.
La comedia se abarata. Lo vulgar, lo altisonante, lo corrosivo quiere pasar por chistoso. No se ría, cámbiele al canal. No aplauda la rutina del escarnio. No pague por eso. El que se ríe se lleva.
La ironía tiene tanto filo como una daga, la carcajada también le tiene la pata a la criatura en sacrificio.
Julio César Márquez, padre de uno de los niños fallecidos y vocero del Movimiento por la Justicia 5 de junio, declaró que al ver el video de la presentación del cómico, sintió como si un cuchillo en el estomago le diera vueltas a su ira contenida.
Sergio Alejandro Verduzco Rubiera, quien con maquillaje y vestuario se caracteriza como “Platanito”, perdió la peluca, la nariz colorada y supongo que si no daba una disculpa pública hasta la chamba. Se le ve muy severo y compungido en el video que circula en medios electrónicos, aceptando que se extralimitó con sus chistes crueles…
Parece razonable su argumento de que al acabar con su programa no se terminarían los males del país… pero ¿y si comenzamos por algo?
Ya veremos si de veras se hace puré el platanito, o, insistimos en pasar a un banano bastante pesado.
Ja.
Publicado el 19 de enero de 2012
Publicado el 19 de enero de 2012
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