Por economía en mis horas vitales, no reenvío cadenas, ni contesto encuestas, tampoco le entro a juegos electrónicos y evito los foros de discusión. Pero esta vez me insistieron una y otra vez que me asomara a la página de Facebook del ITCA. Mi nombre se colaba entre los comentarios, sin embargo, eso es meramente anecdótico. Aquí lo importante: muchos compañeros de la palabra, expresaban su disgusto ante el advenimiento del Primer Encuentro de Escritores de los Estados del Norte que abarcaría la presencia de huéspedes desde la costa del Pacífico al Golfo.
¡Qué tristeza que un evento de esa categoría provocara tanto escozor! De Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas las principales voces inconformes. Me gustó la actitud y/o la sensibilidad gremial de la mayoría de los invitados tamaulipecos que prefirieron abstenerse de hacer declaraciones. En nuestro Estado con una larga trayectoria de marginación y ninguneo, todos los escritores hemos sabido lo que es no ser tomados en cuenta. Pero hubo quien se puso los guantes, hizo sorna, y aún concluido el encuentro sigue utilizando el medio para el comentario banal, el sarcasmo.
Me sorprendió igualmente, una de las respuestas del Instituto. Juzgue usted, cuando Víctor González de Reynosa comentó: ¨Gracias autoridades del ITCA, sólo que acá tenemos buenas plumas como Mercedes Varela, Graciela Ramos, Adriana Quintana… digo esto por que en la publicación dice, Reynosa recibe a los escritores de la frontera norte. Entonces en qué parte geográfica nos situamos. Saludos y esperamos próximos eventos¨. La voz institucional al otro lado de la página (que nos se nos olvide es la voz de nuestro gobierno) textualmente contestó: A tus órdenes Víctor!
Esa respuesta reforzó lo evidente, aún la ciudad sede hasta días antes el evento no había sido convocada ni para el relleno de butacas. Luego, el ITCA interactuó en el juego de los comentarios satíricos, sumándose con un Me gusta. No creo que la Maestra Libertad García, contestara nunca de esa manera, pero quien responde así a nombre de la institución, la implica en la respuesta al ser ella la titular del organismo.
¿A caso no deberíamos sentirnos orgullosos de ser sede de esta actividad? Yo sí lo creo. Porque estoy segura que cualquier evento público, privado, o privado y público, que haga algo en pro de la literatura de nuestro estado, de rebote trae efectos secundarios que nos benefician a todos. De entrada a lectores y concurrentes; pero sobre todo a los buenos y los malos escritores, los contestatarios, los proactivos, los serviles, los muy viles, los simpáticos, los políticamente correctos, los que andan en campaña permanente, los que tienen ya su nombramiento, y los de renombre; por su puesto. Los que mueren por ir al siguiente, los que fueron esta vez, los que rechazaron la invitación, y los que brillan por su ausencia.
Habrá quienes crean que tales expresiones vertidas en el Face son una válvula de escape a rencores añejos; que nada pasa. Pero eso será sólo una defensa de quienes quieran evadir o minimizar el descontento. Sólo de quienes no sean capaces de mirarse al espejo, de advertir las erratas. Sobre todo de percibir que en un período tan corto han conjuntado el malestar de muchos cuando en el inicio su llegada era esperanza… por si no lo sabían.
Para vida de entérame de la versión oficial del evento, en mi carácter periodístico, tuve que solicitar directamente la información, pero como me llegó tarde y tan exigua, y como además ya se me acabo el espacio… el tema mejor lo dejamos para una próxima.
Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.
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