viernes, 30 de diciembre de 2011

De boda, nuevo beato y un crimen

En un fin de semana no sólo pasamos de un mes a otro sino que también transitamos por distintos escenarios en donde se desarrollaron acontecimientos importantes para este planeta empequeñecido por las mínimas distancias electrónicas.
¿Qué significado tiene para los mexicanos la boda real entre William de Inglaterra y su ahora consorte Catherine? ¿De qué manera nos marca la beatificación de Juan Pablo Segundo? ¿De veras estamos más seguros tras el asesinato de Bin Laden?
Los  ingleses que sostienen con sus impuestos a los nobles, aceptan en mayoría de un 80% la presencia de un soberano en su sistema político, y a pesar de que nosotros somos un pueblo sin monarquía, la realeza tiene un encanto que nos seduce. Algo mítico ahí llama: el apuesto príncipe, la plebeya que gana su corazón, los coros y fanfarrias, los invitados extraordinarios, la multitud aclamando. La amplia cobertura que este enlace logró, nos habla también de las necesidades humanas; no en vano Disney ha montado un emporio vendiéndonos a diario la fantasía del cuento de hadas. Sin embargo, pareciera que esta vez fue demasiado. La mayor de mis pequeñas hijas, atribulada por la disminución de opciones televisivas durante esos últimos días del período vacacional de Semana Santa, exclamó: no entiendo tanto alboroto si sólo son dos más que se casan…
Lo que sí, somos un pueblo religioso, antes de tener uso de razón, la mayoría de los mexicanos participamos por tradición en más de una práctica doctrinal. La beatificación de Juan Pablo Segundo tuvo también alto índice de audiencia, por lo menos en México. Y es que la religión católica tiene en nuestro país, la nación con más fieles según las estadísticas, pero en el mundo no alcanza ni 800 millones de adeptos, manteniendo su tendencia a la baja, pues en los últimos 20 años se calcula que perdió unos 250 millones de creyentes. Los musulmanes por ejemplo, ya suman un aproximado de mil trescientos millones, y las personas ateas mil cien millones en la actualidad.
Ahora podrá venerarse la sangre de Karol Wojtyla, anticoagulante de por medio, como reliquia oficial según la santa sede. No quisiera nunca sonar ofensiva y por ello con todo respeto me atrevo a preguntar ¿No será por esto que el público prefiere la ceremonia de los de sangre azul?
Cuando parecía que la televisión abierta había vuelto a su programación ordinaria y los glotones del “prime time” pasarían hambres, se interrumpieron los programas volviendo las estaciones televisivas a darse vuelo, ahora con la noticia de que en un operativo militar habían matado a Osama Bin Laden. Sólo unos cuantos siguieron la transmisión en vivo del crimen posteriormente anunciado, y que se prueba según los reportes, con el ADN de las muestras para laboratorio tomadas de su cuerpo antes de tirarlo al mar. Para que a cualquier distraído nos quede claro, el Presidente Obama, con un índice de confianza escalado en once puntos, ha dicho: “nuevamente se nos recuerda que EEUU puede hacer lo que se proponga. Esa es nuestra historia".  
 
Columna publicada en el periódico Expreso de Cd. Victoria y La Razón de Tampico, Tamaulipas.
 Portales electrónicos: Gaceta.mx y La Región Tamaulipas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.