jueves, 15 de julio de 2010

Arte: cuando el caos gana terreno

“¡Éramos muchos y parió la abuela! dice mi padre cuando el caos gana terreno. Aún no nos reponíamos de la impresión del llamado Lunes Negro, cuando sin muchos avisos preventivos, literalmente ya teníamos el ojo del huracán mirándonos muy cerca.
“Alex” debutó como el primer evento de la temporada de ciclones que comenzó el primero de junio y concluirá hasta el 30 de noviembre. El Servicio Meteorológico Nacional pronostica un activo período con otras catorce probables contingencias de las cuales cuatro pueden llegar a ser de cuidado.
Luego de un tormentoso recorrido por las costas de las Antillas Mayores, República Dominicana, Haití, Jamaica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, el huracán ingresó al continente la noche del miércoles por nuestro litoral a 55 kilómetros de La Pesca en Soto La Marina.
El ciclón que alcanzó categoría dos antes de su depresión, provocó con su tránsito severos daños en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, principalmente. Apenas comenzamos a dimensionar los estragos a la infraestructura, electricidad, telefonía, comercio, vivienda y transporte. Se suman también las pérdidas productivas y humanas, pero aún no se lee o escucha una voz, un número, que refiera la devastación ecológica que nos deja.
En Septiembre de 2008 la isla de Galvestón no pasó por alto en su contabilidad, la ruina de 40 mil árboles con el paso por su territorio del huracán Ike. Luego, la desolación causada por el meteoro, se reemplazó por la belleza de esculturas creadas con los troncos de los caídos.
Al amanecer del jueves en Ciudad Victoria, el patio de casa tenía aún ese verde olor de la sangre vegetal, sobre el piso yacían los miembros perdidos de los enraizados que acostumbran a morir en pie. El universo en cada fronda colapsó, pues son las plantas las que ayudan a mantener el equilibrio en nuestra atmósfera, encerrando dióxido de carbono, liberando oxígeno, alimentando con vapores el ciclo del agua. El círculo vital.
Al recorrer la ciudad, fui testigo de las heridas que el viento y la lluvia trazaron. Protección Civil, Servicios Públicos, se afanaban buscando restablecer en lo posible las actividades cotidianas. Con sierras, cuerdas y trascabos recogían la palizada, recortaban troncos, apilaban hojarasca...
La naturaleza ya puso su parte, pero falta el latido más allá de levantar madrigueras y asegurar el sustento. La reconstrucción no es sólo material, si atendemos lo básico, lo mínimo para seguir en pie, seguiremos oscureciendo los días de otras semanas, tiñendo horas negras.
No podemos reemplazar la frescura del follaje, los años, las historias cobijadas a su sombra o el canto de las aves, pero los dioses mueren en el abandono como los árboles que no reconocemos en la memoria. En eso que pareciera deshecho, doloroso aún, podemos encontrar la belleza. Aún no se ve o escucha una voz, una idea manifiesta que convoque a las emociones e imaginación a expresarse, a pasar de la destrucción y la melancolía, al homenaje y celebración de la vida. ¿Quién invita?


Posdata sufragista: El domingo salí temprano a votar. Puedo levantar el pulgar con orgullo, la tinta aún se encuentra ahí. Los de la casilla no estaban listos, cuando por fin abrieron, fueron desahogando de a poco a los electores reunidos. Al menos quienes asistimos temprano éramos en su mayoría personas en edad madura. Según las cifras se abstuvieron un 60% de los votantes en nuestro estado. Espero que las razones del ausentismo sean ajenas a la voluntad, por ejemplo el azote del ciclón “Alex” o inclusive los temores bien fundados a causa de la inseguridad pública, pero no el desánimo o la falta de fe en el porvenir y la capacidad de gestar un cambio.

miércoles, 14 de julio de 2010

Viernes de Gracia

10 de Juli0 2010
Aguascalientes, México.
Concurso Nacional de Gimnasia Rítmica
V Elite

viernes, 2 de julio de 2010

Días sin blindaje

Esta tarde de junio la lluvia no se decide. Su crepúsculo prolongado por el verano mantiene nublada la capital de Tamaulipas. Estamos en duelo. A seis dias de las elecciones emboscaron nuestro proceso electoral.

Un comando armado finiquitó los días y el compromiso con los tamaulipecos de Rodolfo Torre y Enrique Blackmore Smer. Acribilló también la creencia de las personalidades de alto perfil como invulnerables. Eso de “el que nada debe” comienza a dejar de tener sentido. Todos tememos hoy, santos y pecadores. No hay hora segura, nuestros días transcurren sin blindaje a luz plena.

Aún no alcanzo a comprender por qué el candidato de Todos Tamaulipas, y su comitiva, no se sometían a un protocolo estricto de seguridad. Ya está visto, la fe en exceso también conduce al matadero. Si a nosotros nos perturba el atentado, no imagino el estupor de las víctimas.

Es un crimen contra todos, ha dicho Manuel Camacho Solís. Lo es, tanto como lo han sido las otras muertes, la de los otros caídos, las de ajuste de cuentas, las de deber cumplido, las de confusión o de lugar y hora equivocada.

Nuevas viudas, más huérfanos, otros deudos en pena. Un dolor que crece, la confianza que se desmorona.

Y sin embargo, Estados Unidos mantiene su política de vender armas al mejor postor, caiga quien caiga. La Suprema Corte americana determinó que no se pueden llevar a cabo las peticiones que hiciera Felipe Calderón el pasado mayo al congreso.

La vida continúa a veces con buenas, a veces con malas. El IEETAM en voz de Jorge Luis Navarro Cantú, declaró que no se suspenden los comicios. Nuestra ley electoral prevé situaciones adversas, se consiente que salgamos a votar aunque esta vez el nombre de Rodolfo siga impreso en las boletas. ¿Quién será el valiente sustituto?

Hace apenas poco tiempo, íbamos y veníamos a pie o a trote, ahora sobrevivimos en un estado de sitio no oficial. Hemos abonado al cementerio nacional más de 25 mil cadáveres. Corremos por nuestros hijos a la escuela, nos quedamos a piedra y lodo por las noches, no dejan de sudarnos las manos en la carretera. Teníamos un país y ahora sólo esquirlas que lastiman.

¿A quién beneficia esta marejada sangrienta? ¿En qué momento le crecieron las garras al monstruo de la ingobernabilidad? El estado tiene el cañón en la sien, el primer mandatario pide un frente común, pero Las batallas se ganan en el ruedo y no en los discursos. El fuego se ha salido de control, las balas en defensa social nos salen por la culata. México circula por su kilómetro siete.

Quizá la respuesta, la sanación, siga siendo la unidad. Por México.


Posdata luctuosa: A las familias en duelo, su aflicción también es nuestra. A los que ya no están, descansen en paz, han recuperado el paraíso.

Eva sin paraíso: columna, publicada el miércoles 30 de junio de 20101 en Cd. Victoria, Tamaulipas

Imagenes tomadas de Internet